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Un retrato viviente es un complemento espectacular para una casa de los horrores. El cuadro crea la ilusión de que cobra vida cuando una persona se acerca a él. El cuadro puede representar cualquier imagen aterradora, como un monstruo o un zombi siniestro.
Técnicamente, un cuadro que cobra vida incluye un sensor de movimiento, un monitor y una unidad de control que activa la animación cuando una persona se acerca lo suficiente. La animación puede incluir el movimiento de los ojos, la boca u otros elementos, creando la ilusión de una imagen en vivo.
